El nuevo mapa de embarazos en niñas y adolescentes en El Salvador publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) revela que 10,352 niñas y adolescentes se inscribieron en los programas prenatales del Ministerio de Salud (MINSAL) el año pasado.

El número indica una disminución del 16 % respecto al número de embarazos tempranos registrados en 2021. Sin embargo, en al menos 8 departamentos hubo 20 embarazos o más por cada 1,000 mujeres de entre 10 y 19 años.

Aunque ha habido una disminución, el UNFPA señala que el problema aún persiste en sectores altamente vulnerables como en las áreas rurales del país y en los sectores con un alto rezago en la obtención de logros educativos básicos.

Los dos departamentos con la tasa más elevada son Ahuachapán y Sonsonate, en el occidente de El Salvador, cuyas tasas superan los 25 embarazos por cada 1,000 mujeres. En el oriente, los departamentos con la tasa más elevada son La Unión y Morazán. Los cuatro son departamentos fronterizos.

«El embarazo a temprana edad puede llevar a las niñas y adolescentes a una unión conyugal temprana, como mecanismo social para protegerla moralmente frente a la comunidad», señala el UNFPA. Pero esa «unión», explica el estudio, podría interrumpir la trayectoria educativa de la menor y generar falta de autonomía económica, lo que aumenta el «riesgo a ser víctima de violencia de género».

 

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